domingo, 26 de junio de 2011

Correo de lectores

Estimado Sr. Director de la Revista “RAIZ”:

Mi nombre es Tadeo Albrecht Duarte y poseo titulación que acredita mi formación como Profesor de Psicologia, Filosofía y Ciencias de la Educación. Como docente me desempeñé desde 1955 hasta 1990, año en que me jubilé con el cargo de Vicerector del Colegio Nacional de esta Ciudad.
Me permito escribir estas lineas destinadas a la seccion “Correo de Lectores” de la publicación que Ud. dirije, en referencia al artículo publicado el 22-10 del corriente año, titulado: “Los Argentinos: ¿ya bajamos de los barcos?”

En la nota dice: “(…) Es histórico, a los argentinos los adelantos científicos y tecnológicos nos llegan siempre un par de años más tarde, después de ser producidos en los países desarrollados”. La afirmación hace referencia a la publicacion de un autor brillante, de trascendencia internacional y del que me manifiesto gran admirador y apoyo la intención de disponer de esas novedades editoriales a la mayor brevedad.
Sin embargo, este no es más que otro lugar común del Opinario Nacional ( si se me permite el neologismo) del que casi todos nos hacemos eco sin mayores cuestionamientos.
Dicen Uds. que los adelantos cientificos se producen en los paises desarrollados, pero eso es mucho asegurar, y me permito corregirlos. En primer lugar, necesitariamos saber que quieren decir con desarrollados ¿y en qué área del conocimiento? porque nosotros también tenemos mentes brillantes que trabajan por el progreso y la ciencia. No pretendo aburrirlos con la mención del helicoptero, la birome y las huellas digitales, que también forma parte del mencionado “Opinario Nacional”. Esa parte pedante nuestra que de tan poco nos sirve.
Buscaré ejemplos, en principio, del área en la cual me desempeñè como docente durante casi toda mi vida y que por eso es la ciencia que mejor conozco: la psicologia.
¿Saben ustedes señores, por ejemplo -si, lo saben, por supuesto- que nuestra Ciudad Capital es considerada la “Capital del Psicoanalisis“? Y dentro de la especialidad me permito citar a un autor nuestro, Isidoro Berenstein, quien dice:
“¿Qué duda cabe de que si una palabra realiza el recorrido necesario puede producir grandes transformaciones en el mundo?”
Yo me permito agregar: ¡Si esa palabra es de Industria Nacional, no llegará lejos! Es lamentable como los argentinos, de lo que no sabemos, es de lo que piensan y hacen los demás argentinos.
En mis años de juventud, por ejemplo, tuve el privilegio de conocer al Dr. Enrique Pichón Riviere y de asistir a muchas de sus conferencias y clases magistrales. ¡Qué Genio Creador, señores! Capaz de reunir e integrar diferentes líneas de pensamiento en lo que llamó una“Epistemologia Convergente”.
Comprendiendo al hombre como parte de un todo complejo, abrevó de distintas escuelas y tecnicas para explicar la construcción de la subjetividad humana e intervenir en pos de la Salud Mentaque, como nos enseñó, es Salud Social. Visionario y valiente, para postularlo en una época en que todo lo que sonara a “eclectico” era pecado.
O el Dr. Arnaldo Raskovsky, autor de la teoria sobre el “Filicidio”. Una teoria que, lamentablemente, calza como un guante a la condición humana.
Arnold Hauser dijo que el genio creador es expresión de la comunidad a la que pertenece. Nosotros los argentinos, somos especialistas en importar brillantes soluciones a problemas ajenos. A veces sirven.
En tanto, nuestros propios genios son olvidados con frecuencia. ¿No se trata de un filicidio cultural?
No voy a extenderme más en el tema que me apasiona, solo terminar preguntando por qué en la curricula universitaria no existe la cátedra “Psicologia Argentina” (aunque una vez la hubo, antes de que llegaran los gobiernos militares) y si se dictan la psicologia francesa y la inglesa.
No critico que las estudiemos, en el Profesorado una docente nos decía:
-“Lean todo, la realidad es demasiado compleja como para descartar nada”.
Sólo me pregunto por qué nuestros autores son escasamente citados en revistas especializadas. No encontramos alguna alusión a sus obras en los suplementos de Psicologia de los periodicos.
¿Y por qué? ¡Porque son argentinos, señores!
Un viejo chiste cuenta que iban dos tipos por la calle y uno de dice al otro: -Mirá, ahí va Einstein, el cientifico que obtuvo el Premio Nobel.
A lo que el otro responde_
- ¿Ese? No puede ser, si vive a la vuelta de mi casa.
Acá también pensamos así: cuanto mas cercano, menos valioso.
Pero veamos ejemplos de otras áreas.
Sin ir más lejos, tengo un nieto fanatico de las computadoras como casi todos los pibes de su edad. Pues bien: el muchacho, un dia, llega a mi casa y me espeta:
-“Abuelo, enséñeme a dar una clase”.
¡Se imaginarán ustedes mi cara! Este crio, al que sus padres, literalmente, debieron perseguir, amenazar y chantajear de mil maneras para que terminara su secundario solo el año anterior,!Ahora queria dar clase!.
Apelé, por supuesto, a mi larga experiencia con jóvenes y empecé por preguntarle:
- ¿Clase de qué m´hijito?
-Software libre, abuelo.
Bueno, que puedo decirles: Aprendi a mis 74 años, lo que es eso y mas. Me permito recomendarselo a todos. Especialmente lo referente a Inteligencia Libre y especialmente si en sus juventudes soñaron con un mundo menos dependiente de los poderes de turno: economico, politico, militar, etc. . ¡Descubrirán que estos muchachos estan trabajando en una revolución del pensamiento cuyas consecuencias ni siquiera me animo a imaginar y todo desde la oscuridad de sus cuartos de adolescentes!
Nosotros, que leímos mil veces de las aventuras de Bill Gate en el garage de su casa ¡Ignoramos lo que nuestros hijos y nietos crean tan cerca nuestro!.
Cuando terminó de explicarme, solo pude decirle: - Bueno, Nahuel, ya me diste la clase a mi. Mañana hacé lo mismo.
Bajó la mirada y dijo: -Estoy nervioso, abuelo ¿no me acompaña?

¡Como para no estar nervioso! El evento estaba programado en el Aula Magna de una importante Universidad porteña. A mi me temblaban las piernas más que a él, pero fui. A medida que hablaba de temas de los que francamente comprendi muy poco, me fui calmando. Se lo veía seguro, sabiendo lo que decía. Cuando el publico aplaudió, yo hice mas ruido que nadie con mi baston. El salón estaba lleno de muchachos que escasamente superaban los 25 años. Otros eran directivos de empresas que asistían en busca de novedades.
Otros imberbes conferencistas siguieron exponiendo diversos temas. Yo aproveché un intermedio para irme. Era la primera vez que no había entendido nada y sin embargo habia aprendido tanto. Y no tuve que esperar dos años a la publicación de sus ideas, porque son ¡argentinos!
Permítanme compartir con ustedes un sentimiento: el que me invade cuando viajo en subterraneo. Lo frecuento mucho dada mi condición de jubilado. En ocasiones, además, me encuentro con alguno de mis ex alumnos, una experiencia que alegra mi retiro, porque recuerdo a cuantos miles jovenes tuve el privilegio de guiar en el camino del conocimiento. Son ellos los que me reconocen, me saludan y me cuentan cómo han seguido adelante. Por eso sé que en cada vagon del subterraneo todos saben quien es Martin Fierro, muchos recuerdan a Nervo, Dario, Hugo o Bequer. Incluso uno o dos escucharon hablar de Paul Eluard, Margaritte Sourcener o Keruak.
Sin embargo, me pregunto por que casi nunca alguien abre su bolsillo o su monedero para esos muchachos que distribuyen por “la voluntad” sus poemas impresos por ellos mismos. Seguramente por ahí anda algún futuro Quiroga, Almafuerte, Alfonsina. Al que no conoceremos, porque nadie está dispuesto a invertir dos pesos en su alimentación, así que se vera precisado a cambiar de oficio o morir de hambre.

Venimos de una historia dura, fuimos disciplinados por un poder que no cesa. Por eso los estereotipos,la falta de fexibilidad, la desconfianza, responsables de este lamentable estado –y lamentable Estado-. Esperar lo bueno siempre de afuera, de otro, de lejos. ¡Y qué recibimos! Chicago boys, globalización, deuda, espejitos de colores. ¡Montañas de espejitos por dos pesos! (c/u), etc. Pasamos de vivir encerrados en un frasco de dulce de leche –que no se iba a terminar nunca- a entregarnos atados de pies y manos y envueltos para regalo. Eso si, con una etiqueta en inglés.

Encontrar las ideas necesarias y aplicarlas es lo que transforma al mundo, sin importar su dueño. Es un error buscar gurúes para obtener pautas de conducta, verdades absolutas, alguien que nos haga de papá o mamá. Lo que necesitamos es buscar las coyunturas para desarmar el mecanismo que nos retrasa y crecer.
Para eso, podemos echar mano de pensadores extranjeros en tanto sean interlocutores válidos, no modelos.

Digámoslo de una buena vez: los argentinos encontramos serias dificultades en el proceso de construcción de nuestra subjetividad, que incluye, desde ya, nuestra identidad: saber quienes somos, adonde queremos llegar.
–Cuando todavía vivía mi señora, cada Navidad, amasaba un Pan Dulce. Trabajaba mucho, porque no es nada fácil. La receta era de su madre, quien la heredó de una abuela italiana. Después, esa receta se perdió y el Pan Dulce tuvo nuevo estilo: Menos esencia, más nueces y frutas. Al gusto de todos, aunque la receta no es la misma. Lleva muchos, muchos ingredientes, una verdadera heterogeneidad culinaria. Con buena mano, la cocinera respetaba todos los gustos. Se esmeraba especialmente en la mezcla, para evitar que algunos de los ingredientes, durante la coccion, se fueran abajo.
Yo creo que nosotros los argentinos, somos como el Pan Dulce de mi señora. Llevamos muchos años mezclándonos: primero según receta ajena, pero usando los productos de nuestra tierra, nuestro trigo, nuestra fruta. Después, lo imprescindible, cocer a fuego lento y en nuestro horno para consumir fresquito. !Qué sería de nuestro Pan Dulce si lo confiáramos al horno de un lejano vecino!.
Asi mismo se va construyendo, no de cualquier manera, pero aquí y ahora, nuestra identidad nacional. Sirve todo pensamiento que suelte los nudos que nos atan a reclamos infantiles. Sirve la filosofía, que desanuda las ataduras a estereotipos obsoletos. Y sirven la política para organizarnos, y la sociología para conocernos, y la Psicologia Social para aceptarnos. Necesitamos de todos nuestros saberes y de todos nuestros sabios ¿Cómo si no vamos a romper las amarras que nos retienen junto a naves de las que unos ya bajaron y otros todavía no? Y que otros no abordaron, porque ya estaban acá.
Necesitamos consolidar un nuevo pensamiento para una realidad nueva, que nos calce. ¡Basta de heredar zapatos ajenos!
Por otro lado, me apasiona la revista. No sólo sus artículos, sino la capacidad de generar polémica, lo que hace que uno la espere cada semana como si se tratara de la entrega de un culebrón. Felicitaciones y adelante.
S. S. S. Profesor Tadeo Albrecht Duarte.

Licencia de Creative Commons
Correo de lectores by Ada Fanelli is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en oficinadecorreos.blogspot.com.

No hay comentarios:

Publicar un comentario