domingo, 10 de julio de 2011

No te quiero ver más por acá.

Hola piba:

Estoy a horcajadas sobre el banco de siempre, y mientras te escribo, me voy por el aire. Allá abajo sólo dejé una mirada perdida para ocultar mi paradero. Que nadie sepa donde estoy, muy lejos, a salvo.

Hoy te busqué a la hora de la comida y también en el patio, pero ya sabés, sin suerte. No estás en tu pieza y tus cosas tampoco, así que no sé si te dieron el alta o estás en terapia intensiva, jeje.

Me rio, pero esto no es ninguna broma. Simplemente, como locas que somos, no merecemos ni despedirnos. Por eso, vaciada de certezas, acudo al último lugar que todavía defiendo, donde no los deje entrar nunca y desde ahí te imagino con el pelo suelto, libre como el viento.

Espero noticias tuyas o, mejor todavía, espero no verte nunca más por acá.

Olvidate de todo pero no te olvides de los consejos de esta vieja loca que se va a acordar siempre de vos. Yo también estudié filosofia, sabés, y tuve la mala ocurrencia de contárselo a un psiquiatra.

Era muy joven y muy tonta. Le dije que estudiaba para saber como cambiar el mundo. El tipo, que era un animal, dijo que no me dejaran leer, y mi vieja me tiró todos los libros. Eso si, me dejaban ver la tele. Una metáfora de la vida, aunque se supone que como psicótica no puedo hacer metáforas. En este mundo esta permitido ser bruto, pero no loco.

Igual me las arreglé para conseguir un ejemplar de “La Isla de los Pinguinos”, otro de “Un mundo feliz”, y algo más de la Pizarnik. Pero me revisaron la pieza y se fueron al tacho de basura. Ahí sí que me puse loca. Revoleé todo lo que tenía cerca. Armé flor de escándalo y los vecinos llamaron a la cana. Entonces dijeron que no tenía conciencia de enfermedad y que me negaba a colaborar en mi recuperación. ¡Ja!

Bueno, no quiero amargarte, solo reiterarte que si, como espero, estás afuera, recuerdes mis consejos.

Menti, piba, menti. Hacete la tonta, no le cuentes tus cosas a nadie, mucho menos a los tordos, que se hacen los comprensivos y después te escrachan. ¿Que te babeas y ya no te interesan ni los tipos mas pintones? No estas empastillada, es la enfermedad. ¿Tartamudeas? Es la enfermedad ¿Te quisiste escapar? Es la enfermedad. ¿Que como no hay nada para hacer dormís todo el tiempo? Es la enfermedad. ¿Que de estar encerrada te olvidaste hasta de la fecha en que vivís? Es la enfermedad. ¿Qué estás podrida de hacer ceniceros de plastilina que no sirven ni para apagar un pucho? Es la enfermedad. ¿Qué no bancás más ser tratada como si tuvieras menos de cinco años? Es la enfermedad.

Al principio venía una prima a visitarme ¿sabés?. Obvio, le pedía yerba, azúcar, cigarrillos, alguna galletita. ¡Si acá no hay nada! ¿Sabés lo que le dijeron? !Mendigar es un síntoma de enfermedad y trayendo cosas, no ayudaba en mi recuperación!. Ja ja ja.

De la época de estudiante me quedo la vocación epistemológica. Yo siempre le busco la quinta pata al gato: “loco” viene de “lugar”. O sea, no hay lugar para nosotros. Llegamos tarde al reparto, y como estorbamos en todos lados, nos ponen acá.

Acordate y si no querés volver, no cuentes nada. Tampoco muestres tus sentimientos. Comete las uñas, pero no llores. Si te ven débil, se van a tirar para morderte, no para consolarte.

Cuidate, piba. La gente es muy rara. No se te ocurra decirles que te querés morir. Aunque hagan la guerra y se destruyan unos a otros, no van a entenderte. Son los motivos ¿Sabés? Los cuerdos se matan por odio, los locos, por amor.

Y si te sentís sola, o estás triste, arrimate a los pibes. Todavía no están arruinados y no necesitan explicaciones complicadas. Los adultos, en cambio, son más retorcidos que un tornillo. A mí me parece que a ellos les sobra el que a nosotras nos falta.

Bueno, nenita, te deseo de todo corazón que estés bien, que puedas hacer todo lo que querés, que encuentres un buen tipo que te quiera , que se vendan tus cuadros, que ganes mucha guita. Y alguna vez, si podes, visitame. Traeme yerba, cigarrillos, azúcar. Aunque perjudique mi recuperación, total, dicen que soy irrecuperable. Un abrazo enorme. Tu amiga para siempre. Clara.


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