sábado, 26 de marzo de 2011

Más vale tarde que nunca

Estimado Ángel:

Soy una señora del barrio de Barracas y me llamo Palmira. Según tengo entendido sos el encargado de repartir amor por este mundo y tengo un problema muy serio con tu trabajo.
Desde hace un tiempito me está pasando algo raro que no sentía desde hace mucho, mucho tiempo. Por eso te escribo, para avisarte.
¿Cómo te confundiste? ¿Disparás con los ojos cerrados? ¡Es muy peligroso!
Si este amor es mío, llega demasiado tarde.
Te equivocaste, es para otra. A lo mejor para la separada del cuarto, que debe tener cuarenta. Todavía es joven, está sola y tiene dos chicos chicos: ¡No le vendría nada mal un marido!.
O una novia para el muchacho de la guitarra que no me deja dormir a la noche.
Pero a mí, Cupido, a mí…. No podés flecharme sin la más mínima consideración y sin sopesar los pros y los contras.
Don Raúl es un buen vecino del barrio, nada más. Viene a la tarde a tomar un tecito y charlamos de nuestras cosas, de otros tiempos. A los dos nos gusta el tango. Quiere que aprenda para ir juntos al corso. ¿Te imaginás a mi edad en el corso? ¡Si me viera mi madre! Ella nunca me dejó. Después me casé pero mi difunto marido tocaba el bandoneón a piano y decía que los músicos no bailan. Yo tampoco.
Después que murió empecé a ir al centro de jubilados. Hacer yoga es muy bueno para el reúma. Y a la feria del plato tampoco fui a buscar novio. ¡Que te pensás ángel loco!.
Ahí nos conocimos. Me compró toda la tarta que hice y empezamos a hablar. Del Tsunami, pobre gente, del gobierno, de la política, y resultó que los dos somos peronistas, que casualidad. Cuando era joven lo conoció al General Perón. Me mostró una foto donde está haciendo guardia en la Casa Rosada. ¡Qué buen mozo! Vestido de Granadero, muy alto y elegante.
También me contó que sufre mucho del hígado, y como yo tengo un tecito especial, le ofrecí una tacita, pobre hombre.
Vino a mi casa una tarde y se sintió mejor. Siguió viniendo, porque él también es viudo. ¿Quién va a preparárselo?
Dice que como yo, no lo hace nadie. ¡Mirá si le voy a creer! ¡Mentiroso!
Hasta que un díame preguntó –Palmira -ahí empezo a llamarme por mi nombre- ¿por qué no me deja que yo también la invite?
¡Es una persona tan educada! Un domingo fuimos a una confitería muy linda.
-Pida, pida, no sea vergonzosa- me decía.
Y a mi, si hay algo que me gusta, es el hombre generoso. Desde entonces, cada vez que cobra la jubilación, vamos a tomar té con masas a donde yo diga. Un caballero.
Bueno, y así, hasta que pasó lo que pasó. Eso que vos sabés muy bien. No fue mi intencion. Si me compré el vestido nuevo fue porque no tenía, y si fui a la peluquería fue porque la Gladys me convenció. Y si él dijo que estaba muy linda no es mi culpa tampoco.

Nunca creí que esto podía pasarme.
-¿Tener vergüenza?-dice Don Raúl- ¡Si no le debemos plata a nadie! Y me agarra de la mano adelante de todo el mundo.
Hoy, cuando me estampó un beso, pensé:- ¡Justo ahora que se me terminó la Corega!! Pero, por suerte, no pasó nada.
Si, el corazón me galopaba como un potro, y los ojos a él le brillaban como si tuviera veinte.
Pero no los tenemos.
¿Como le digo esto a mis hijos?
¡Qué problema, Dios mío!

Cupido, es tu culpa, no te fijás. En cuanto te llegue esta carta, me deshacés lo hecho, porque no tenés derecho.
Estoy hecha un lío. ¡Hasta me salió en verso!.

Con todo el respeto, me despido de vos: Palmira

PD: por favor, no creas que soy una malagradecida, estoy muy feliz, pero ponete en mi lugar y entendé que esto es un papelón.

Licencia de Creative Commons
mas vale tarde que nunca by Ada Fanelli is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Based on a work at oficinadecorreos.blogspot.com.

1 comentario:

  1. Pero Palmira No te resistas!!! Si hasta seguro cupido te trae un corega extra fuerte bajo el brazo. Ah no, perdón me olvidé la pastilla.Era cuando nace un niño que te traen el pan? Bueno, No importa! Lo que importa es el amor!!!! Besos

    ResponderEliminar