miércoles, 19 de octubre de 2011

Dr. Freud

Estimado Dr. Freud:
Me llamo Sol Elizabeth Tordera y vivo en el futuro. Es decir, en su futuro. Estamos en el año 2011, y Ud. , claro, no lo sabe, pero es muy famoso en esta época. Estudiamos sus libros en la Universidad y practicamos el psicoanalisis. No debe existir persona aquí que no lo conozca, y casi todos, en algun momento de la vida, nos reclinamos en el “divan de Freud”. Pero no es por esto que le escribo, aunque tambien hago terapia una vez por semana. No somos tan prosperos como los pacientes de su época, y por lo tanto no podemos costearnos tratamientos de cuatro o cinco veces por semana. Además, aunque tuviésemos el dinero necesario, no dispondríamos del tiempo, ya que trabajamos muchísimas horas y la mayoria no vivimos cerca del trabajo, pero no quiero extenderme en temas que no hacen a mi inquietud. De cualquier manera, resulta, créame. Como verá, justamente, estoy haciéndome cargo de mi deseo al escrbirle. Y es que el psicoanálisis ha cambiado muchisimo al mundo. Seguramente no creería la libertad sexual que tenemos. Existe la posibilidad de cambiar de pareja cuantas veces se nos de la gana e, incluso, ni siquiera es necesario que estemos en pareja para ejercitar el erotismo con el otro o el mismo sexo. Incluso existen lugares donde uno puede tener relaciones con completos desconocidos y no se trata de lupanares, como en su época, y tampoco tenemos ningun interes por lucrar, sino que sólo nos guía el deseo. Lo llamamos swinger o intercambio de parejas. No es que vaya todo el mundo, por supuesto, pero cada vez son mas populares. Lo normal es ir a bailar y conocer a un chico o una chica, intercambiar algunos fluidos y despues ir al telo. Bueno, le aclaro, porque no debe saber de qué le estoy hablando: un baile es un sitio donde una va a bailar, como en su epoca, pero sola, no con la mama ni con marido o novio. Y un telo es un lugar donde se alquilan habitaciones por un rato para hacer el amor. Y bueno, justamente, vamos llegando al motivo de mi carta.
Pero antes quiero que sepa que nada de lo que diga debe entenderlo como un reproche, ya que le debemos tanto. Aunque es verdad que los métodos anticonceptivos facilitaron el ejercicio de nuestra sexualidad sin problemas, a Ud. le debemos la ejercitación sin culpas. ¡Y no es poco! Además, por supuesto, también la liberacion femenina está en deuda. Me explico: En esta epoca las mujeres no solo hacemos libre uso de nuestro cuerpo, sino que tambien estudiamos, ganamos nuestro dinero y no pedimos permiso para nada. Muchas, hasta tenemos nuestros hijitos solas. Bueno, interpréteme, no los concebimos solas (todavía) pero los criamos sin padre porque a veces hasta se pone difícil saber quién es. Existen algunos métodos, pero todavia no son de muy fácil acceso y nuevamente explicarlo me alejaría de mi objetivo.
Pues bien, voy al punto. Seguramente, y a pesar de que han pasado cien años. recordará sus estudios sobre la histeria. Bien sabemos que uno de los puntos centrales, incluso generador de muchos conflictos, fue que dijo Ud. que la histeria puede ser tanto masculina como femenina. Sin embargo, actualmente, no es lo mas popular de su obra, lo siento. Normalmente, tanto mujeres como hombres estamos muy acostumbrados a hablar de la histeria en femenino. Como comprenderá, la popularizacion de este uso no fue de nuestro agrado, asi que masivamente adherimos a aquello de “si no puedes vencer a tu enemigo, aliate con él”, asi que nos dedicamos, muchas, a estudiar psicologia (actualmente es prácticamente sinónimo de psicoanalisis) y las que no, a analizarnos. De esta manera aprendimos mucho de nosotras mismas y cambiamos nuestras vidas. Aprendimos acerca de lo que queremos, y justamente de eso queria hablarle. La semana pasada asisti a la conferencia de un famoso psicoanalista y escuché decir que, a pesar de haber investigado tanto en lo femenino, y de haber analizado a tantas mujeres, manifestó que seguíamos siendo para Ud. el “Continente Negro”. Es decir, un mundo desconocido. Bueno, como le decía, las mujeres continuamos su obra y ya no somos tan desconocidas, al menos para nosotras mismas. Sabemos lo que queremos y nos esforzamos por conseguirlo. Sin embargo, Dr. Freud, nos enfrentamos a un problema que nos resulta insoluble. Porque ahora, cuando por fin sabemos lo que queremos nosotras, no conseguimos averiguar que es lo que quieren los hombres.
Asi que, si por favor tiene una respuesta a mi problema, hágamelo saber. En sueños, en una alucinacion, de cualquier manera, no me importa, pero ¡Por favor, dígame como hago para conseguir un novio!!!!!!
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1 comentario:

  1. Querida Ada, quizás no se trate de qué quiere un hombre sino, tal vez, con todos estos cambios que has reseñado, la mujer resultante se sitúe en un lugar extraño para algunos hombres. Por ello, claro, cada caso en especial, podrías seguir indagando qué quiere la mujer y ver, en todo caso, si ese deseo puede ser cumplido por un hombre, porque, hombres hay, el asunto es ver si estos "aplican", o si estamos pidiendo "otro" tipo de sujeto. Yo tenia una amiga que deseaba volver a la época de antes, la mujer sin estar obligada a trabajar, (quería un marido manteniendo los gustos de ella) y ella haciendo solo lo que le gustaba, hasta que se dio cuenta que Freud ya no estaba, digo su padre, ese varón irremplazable por su interdicción particular. No se puede reemplazar al hombre y no digo que vos estés opinando eso, si? Creo que la pregunta de Freud no se puede responder, qué quiere una mujer. ¿un padre?
    Muy lindo es inspirador tu carta.
    Beso
    Juan

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